EL POEMA AL QUE LE DEBEMOS EL NOMBRE DE LA REVISTA:


"Si pudiera lo haría: me rociaba
de pirocromos y canela,
y vivo me
quemaba;
ah,
pero que tu pecho
fuera mi plaza pública.

Imagina: escalarte
nardo a nardo con ardor hasta los ojos,
e inaugurar el día
desde allí…

---Me sueño
este charco de sol
que se pone de pie para cantarte".

-Si pudiera lo haría, de Desiderio Macías Silva

viernes, 30 de marzo de 2012

Dos poemas


Carlos Eduardo Hernández Nuñez


Así se siente el pecho
Después de haber amado:
Como una araña que trepa lento
A través de una afilada hoja
Hasta la luna, que reverdece
Sobre el seno de la mujer amada.
Es como una serpiente
Que muerde el punto cero,
Distante, devorando luego su vacío;
Como un gigantesco ojo,
Que se cierra sobre el mar,
Al ocaso de un zumbido,
El bautizo en una nueva fe,
La sábila de una muerte infecunda,
La carne, la nada; la encía rota
Y la sangre de dos cuerpos
Ciegos, extraviados.

Así se siente el pecho,
Como soledad y pasión
Que no caben en un
Mismo cuerpo;
Como una batalla a muerte
Que nunca termina porque
Aún antes de iniciada
Son cadáveres ya los
Contendientes,  yacen
En sepulcros contiguos,
Fundidos como el vómito
De la tierra, la incandescente
Roca y su ceniza, nutrimento
De la vida y la mar.

Así se siente el pecho,
Como un hueso,
Una costilla que se desprende
Del cuerpo y en el aire germina,
Madura como el átomo
Que explota en medio de la
Noche silenciosa, creciendo
Hasta ser ese espectro de labios
Sanguinolentos, que pareciera
Arrebatarnos de la oscuridad
Por momentos;
Como lianas fangosas que penden
De un árbol solo, o la cabellera
En sudor empapada,
La vestidura desgarrada
Como un derrotado insecto,
O un tizón apretujado
Entre el ojo y la mano,
Un cangrejo vivo, atorado
En el esófago, o la boca
Del estómago, que te hace
Tirarte al lecho a jamás dejarlo…
Como el monólogo eterno
De un poeta, así se sienten
El amor, la pasión y el silencio;
La primigenia nostalgia
Por lo desconocido,
Como no soportar el peso
De la propia sangre,
En el universo oculto
Tras los párpados abatidos;
 Con una sensación fatalista y finita,
Así se halla el pecho
Después de haber amado.


***

Pequeños pies finos y delgados
Flotan  cual lirios
En el estanque claro,
El rose de una mano en flor
Reverdece a la piel y al suspiro.
Delicadamente, una diosa desnuda
Danza sobre una alfombra de uvas;
Crea el vino perfecto, paladar líquido,
Fuego que incendia la noche
Al consumirlo,
Cáscara del cosmos,
Párpados: musgo
Que a los ojos,
-Colibríes cristalinos-
Oculta de improvisto;
Hijos del sol vueltos al abismo.

Vino, mujer, boca de serpiente,
Beso en llamas,
Cabellera ardiente,
Cuerpo sin voz ni nombre;
Creación de un lenguaje
Diáfano, certero,
Unión de dos cuerpos
En un vacío eterno.

En el acto, ni existes ni existo,
Sólo existen nuestros cuerpos,
Tu vientre y el beso, la cascada
De caricias, el potro, la luna y tus senos.

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