Jesús Cienfuegos
Palabras como cuerpos
las palabras que dejaste
vibran en mi cabeza
transmutando
tu imagen vuelve
cada vez
me desgarra la garganta
mutila mis pupilas
prueba mi sangre
y me deja al borde
de una cama
donde duermo con ella
Elogio al día nublado
Me quedé pasmado,
inmóvil
como
los hombres
de mi tiempo,
pero mirando.
Veía
entonces
el cielo
lleno de nubes
aperladas
moviéndose
a gran
velocidad.
De nuevo
el aire
se manifiesta
con el beso
en movimiento
del cielo.
Una vez
la nube
sensualmente
gris
fue
penetrada,
traspasada,
transformada
en luz
por los rayos
del potente
sol
que reina
por todos
los siglos
y nosotros
allá arriba,
más allá de nosotros
y de nuestras cabezas.
Y con su potente luz
calentó mis piernas
y quema la memoria
de los días.
Como la razón
la lucidez
duró
el instante
del rayo.
Todo cobra
el color tierno
de la perla.
El árbol desnudo
baila
alrededor
de una fogata.
Un día
de estos eternos,
la mujer
me invitará
a bailar con ella
alrededor
de una fogata.
Bajo la lluvia
o un cielo
cubierto
del manto
aperlado
y en movimiento
de las nubes
tocadas
por la lucidez
del potente
sol
y sus rayos,
el hombre
sueña.
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