Enrique León
[Lima, Perú, 1974]
De ti
porque ante la gente soy uno,
y a solas,
arrinconado
solo un poco de eso
del silencio
silencio
tu olor
tus ojos
tus pasos
arrinconado
solo un poco de mí
y de otro
silencio
De sencillez y demonios
las cosas sencillas
son serpientes entre la gente
las cosas
tan humanas
como las metáforas
delinean tu sonrisa
y tus palabras
conozco de miedos demonios miserias
y tengo una pequeña alegría en mi cajón:
tus labios pegados a los míos
con un clip
Amanezco y duermo al lado
amanezco y duermo al lado
de un cementerio de abejas o es mi corazón
en el que un día de sombras te enredaste
pequeño amor
pequeña tosida de mi voz
me gustas porque vives junto a la música que no soporto
como aquella poesía escrita por insectos.
me gustas porque a todos les disgustas
pequeño papel bond
esta noche te recuerdo que escogiste quedarte en mi corazón
porque el que no soy yo te siente lejana
y porque en cada momento callado y brillante
cruzas mis pasos callada y brillante
como un engaño
Una vez he abierto mis ojos
una vez he abierto mis ojos
y fue
por la herida que cada día
me construyo
junto a la cerca
inundada de tus ojos
te he entregado el alma y la soledad
como mi vejez que es tuya
como estos años que destruyo
por desearte y bordearte
con mi cuerpo, que hoy te entrego
con miles de minutos
que no son horas ni días
ni momentos
en los segundos
que necesito
para recordar
cómo tu nombre se fue
entre campanas
con la espuma que nace de mis manos
Porque he llegado a esta casa
y callado me siento
como una mentira más
he llegado pero no he llegado aún
a la búsqueda de huellas de manos felices y de
garabatos de niños artistas
porque esta es
la casa del señor
la que se traga los recuerdos de mi madre y los silencios de mi padre
y un poco de mis palabras cuando pido perdón
por el tiempo
y por esa felicidad
que a veces
escribo con “f” de fealdad
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