Roberto Bolaños Godoy
José Ricardo Pérez Ávila, La política del silencio, Instituto Cultural de Aguascalientes, México, 2007, 61 pp.
En una región geográfica como Aguascalientes, donde existe una escasa tradición en cuento fantástico, José Ricardo Pérez Ávila presenta una colección de cuentos ágiles e ingeniosos, prueba del constante trabajo al que su autor se ha sometido en este género en particular. La propuesta es interesante en varios sentidos, Pérez Ávila no sólo ha intentado desarrollar historias, si no un estilo propio, característico, de contundentes frases cortas y adjetivación enriquecedora. Por medio de estos recursos lleva cada trama a la redondez narrativa de manera efectiva y con ese buen sabor de boca con el que el lector debe quedarse.
En todos los cuentos el estilo narrativo es constante sin llegar a ser plano, el autor intenta crear en cada uno de ellos una experiencia novedosa. No por nada se nos propone un singular índice con tres hilos conductores que en esencia mueven la totalidad del libro (“Viajes cancelados”, “Bienes raíces” y “Devoluciones”). Yo encuentro cuatro caminos claves para el libro, distintos a los que se plantean, o por lo menos más claros e identificables: monotonía y soledad en “Frontera”, suerte de prólogo-narración; “Los pies magentas”, de prosa acelerada que muestra una cíclica e insoslayable prisión para el personaje; y “El abrazo” con importante irrupción de fantasía. De tinte sobrenatural en “Mal revelado” y “Más grande que Panamá”, un cuento sobre la culpa y la paranoia hacia una venganza fantasmal. Violencia en “Adiós, fauno” donde la muerte se manifiesta de modo totalmente realista, “Corazones Sagrados”, donde convergen varias vertientes ficcionales interesantes; y “Matando al Morrison” que sobresale por su argumento tan bien llevado hacia un final intrigante. Por último, los desbocadamente fantásticos como “Historia de un camino”, tal vez el cuento más sobresaliente del libro por la originalidad de su historia y los recursos narrativos puestos en escena; y “La era de don Chuy”, corto y muy original.
Tras la lectura de los textos es posible percatarse de que las narraciones exentas de elementos fantásticos son excepciones. El libro como unidad se mueve alrededor de la fantasía, de lo sobrenatural, pero de una manera eficiente y única, que si Pérez Ávila se propuso tal cosa, lo logró.
Si bien La política del silencio no es un libro del todo equilibrado, ni mucho menos perfecto sí es una propuesta lo suficientemente atractiva para los seguidores -y los no tanto- de este género, el de la fantasía y lo sobrenatural. Con un volumen bien armado y sólido en su mayoría (pues algunos cuentos carecen de la fuerza de otros), es interesante ver en Pérez Ávila a un autor debutando en el no tan desarrollado terreno de la literatura de esta índole en nuestra región y del que es inevitable esperar mayor desarrollo y madurez de estilo en sus obras venideras, que por lo visto en éste, su primer volumen, seguramente no decepcionará en el futuro.
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